Finalmente, Miguel decide apoyar a Hipólito
SANTO DOMINGO./ El ingeniero Miguel Vargas anunció este lunes que declina su legítima aspiración a ser el candidato del Partido Revolucionario Dominicano, PRD, para las elecciones del 2012, porque “la unidad del partido y la tranquilidad del país están por encima de cualquier pretensión personal, y tiene que ser así para todo ciudadano motivado por una vocación de servicio a la sociedad”.Dejó en claro que mantuvo su posición con altura y prudencia, demostrando la existencia de una confabulación de fuerzas internas y externas para despojarlo de sus derechos, pretendiéndose desmeritar sus reclamos y su historial de servicios al partido y al país.
En su exposición ante la prensa y una amplia representación de su equipo político, en el hotel Dominican Fiesta, Vargas advirtió que cuando han transcurrido un mes y 5 días de la convención del 6 de marzo que debió elegir con normalidad a su candidato presidencial, el Partido Revolucionario Dominicano vive hoy una situación muy delicada, “y es tiempo de poner punto final a la crisis, de procurar el entendimiento y la unificación interna”.
“Aunque sé que los resultados anunciados no se corresponden con la expresión de la voluntad mayoritaria de los perredeístas y ciudadanos independientes, no voy a ser un obstáculo para que el partido se reencuentre a sí mismo y participe exitosamente en las elecciones de mayo del 2012”, expresó Vargas.
Invitó a sus seguidores a colaborar sin rencores y con desprendimiento “para que nuestro partido y el compañero Hipólito Mejía alcancen el poder en las próximas elecciones”, pues “ahora más que nunca estamos obligados a continuar trabajando por un PRD fuerte, más democrático y transparente”, ya que “el PRD es el hogar de todos!”
Especificó que no pide nada a cambio para él, que “no he solicitado ni aspiro a la candidatura vicepresidencial ni a un cargo en un posible gobierno del PRD, no reclamo la extensión de mi mandato como presidente del partido, ni la nominación previa de la candidatura presidencial para el 2016”.
Y aclaró que todas las posiciones que ha ostentado en el PRD las ha ganado con el apoyo mayoritario de sus compañeros y compañeras de partido, y así será siempre y que continuará ejerciendo su posición de presidente del PRD, para contribuir desde ahí con el interés nacional como único norte.
No hay acuerdo post convención
“Es oportuno precisar que no ha habido ningún acuerdo posterior a la convención, me acojo únicamente a lo establecido en el Pacto de Compañeros suscrito el tres de marzo, en el que nos comprometimos con la aplicación de la proporcionalidad, sustentado en los estatutos del partido, a la que tienen derecho adquirido los dirigentes y estructuras de nuestro proyecto. De esos derechos, me constituyo en garante”, subrayó.
Precisó además que seguirá dirigiendo el partido bajo el imperio de la institucionalidad, “que es innegociable, junto a mis compañeros de la dirección nacional, hasta el año 2013, y anuncio a mis seguidores y a todo el país que nada ni nadie nos apartará del camino que nos hemos trazado, de luchar hasta lograr el establecimiento de un gobierno que garantice el derecho a la igualdad de todos los dominicanos”.
Tuvo palabras de agradecimiento “por el apoyo de quienes votaron por mí en la convención pasada, y saludo también la participación de los perredeístas que optaron por la otra candidatura”.
Argumentó que sus cuestionamiento a los resultados viciados de la Convención no se deben a insensatez o a falta de espíritu democrático sino al hecho de que no son la fiel expresión mayoritaria de los votos de la familia perredeísta y ciudadanos independientes, sino de la influencia de otras fuerzas políticas interesadas en imponer el candidato del PRD.
CNO fue beligerante
Matizó que “en lugar de actuar como árbitros imparciales, la mayoría de la Comisión Nacional Organizadora se inclinó hacia un lado, y adoptó la intolerancia y beligerancia como norma, respondiendo con negación de derecho a nuestros justos reclamos, enarbolados con decencia y ánimo de transparencia para obtener la verdad”.
Para el dirigente político resulta lamentable ver cómo en nuestro país las banderas de la verdad, la transparencia y la institucionalidad se quedan cada vez con menos defensores, imponiéndose un pragmatismo según el cual todo se vale.
Dijo que a lo largo del proceso ha defendido la verdad y la transparencia como la vía más digna, justa y ética en que debía basarse la unidad; “pero no siendo posible dicha vía, al negársenos todos nuestros reclamos y derechos por parte de quienes debieron actuar como jueces y no lo hicieron, sólo me queda la vía del sacrificio, y la asumo con todas sus consecuencias, para no renunciar nunca al camino de la unidad de mi partido”.
Y acotó que “como me han negado la vía de la verdad y la transparencia, abrazo la del sacrificio, sin rencores, de corazón y a conciencia, como le correspondió actuar en su momento a José Francisco Peña Gómez”.
Resumió que al presentar su aspiración presidencial para el 2012, abrió su corazón a todos los perredeístas sin distinción de simpatías y que “al declinarla hoy en favor de la unidad, ofrezco mi experiencia, mis ideas, mis fuerzas y mis energías, como presidente del PRD y como militante, para que el partido alcance el poder”.
Vargas expuso que quienes se han erigido en jueces de su conducta política pasan por alto el devenir del PRD en los últimos años en los que pacientemente y junto a muchos esforzados dirigentes de todo el país y las seccionales del exterior, trabajaron sin cesar en la reorganización del partido, severamente afectado por la humillante derrota del 2004.
Recordó que el PRD cayó en una de sus más profundas crisis, no por luchas de tendencias o por candidaturas, sino por los devastadores resultados de esas elecciones nacionales, expresados en la desmoralización y frustración de la militancia.
A ese panorama desolador se sumaba la violación al principio de la no reelección, bandera fundamental del PRD en toda su historia, tantas veces enarbolada por nuestro inolvidable líder José Francisco Peña Gómez.
Contra ese abandono por sus masas, contra esa incredulidad en las posibilidades de redención del PRD, luchamos tesoneramente, hasta renovar el partido y devolverle la imagen, la credibilidad y el prestigio perdidos.
No pocos, entonces, agregó, consideraban a nuestro partido un desecho político, muchos se ocultaron y otros se avergonzaban de ser perredeístas, y muy pocos dimos el frente para reivindicar la grandeza de nuestra organización y su contribución a la democracia dominicana.
Pasó el balance de que “muchos se negaron a participar en aquella tarea de retomar la mística y el orgullo perredeísta, pues muchos fueron los llamados, y muy pocos los que quisieron integrarse al sacrificio y a la tarea de la reconstrucción partidaria, mientras otros incluso no volvieron a ser vistos durante años, precisamente durante todo el tiempo que tomó la reconstrucción del PRD.
Recordó la timidez con que los perredeístas comenzaron a buscar un nuevo liderazgo que los redimiera de la vergüenza y el desamparo, mientras el nuevo gobierno surgido de aquellas elecciones se ensañaba contra todo lo que le oliera a perredeísmo, y las hordas peledeístas sacaban a nuestros compañeros de las oficinas públicas al influjo de la frase que los llevó al poder: ”E, Pa Fuera que van!”.
Enumeró que los locales del partido se quedaron vacíos y tal vez nunca como entonces hizo tanta falta la voz y el carisma del líder que orientara a nuestra gente y reagrupara nuestras fuerzas históricas, pues “era un partido mirado con repulsión por quienes sentían que había desaprovechado la oportunidad del poder para recomponer la sociedad dominicana”.
Elaboró que “fueron tiempos muy difíciles, y sin embargo, asumimos el reto, convencidos de que nuestro partido es indispensable para la construcción de una democracia de contenido social, y que se imponía reactivar ese espíritu de lucha, de constancia y disciplina que se forjó bajo el liderazgo de Peña”.
Dijo que en la carrera hacia las elecciones del 2008 nadie ignora el papel digno que jugamos en ellas, cuando a pesar de que el Estado se volcó con todos sus recursos para hacer posible la reelección de Leonel Fernández, obtuvimos el 41 por ciento de la votación.
“Frente a un panorama de esa magnitud, con evidencias claras de que el PRD estaba completamente recuperado, en organización y en orgullo, el gobierno decidió poner en marcha una estrategia para evitar que nuestro proyecto lo barriera en las elecciones del 2012, iniciándose una artera conspiración desde el poder”, citó.
Un plan del gobierno
Dijo que debido a ese proceso de recuperación fue urdido un montaje que comenzó desde el proceso electoral del 2010 con la infiltración de nuestras filas, comprando dirigentes que se habían quedado rezagados., mientras otros se vendieron vulgarmente, aceptando las dádivas de un gobierno generoso con los fondos públicos y otros, los más impúdicos, se convirtieron en quintas columnas, operando desde nuestro partido a favor del gobierno y haciendo perder candidaturas legislativas y municipales a sus propios compañeros y compañeras.
Aún así, expuso Vargas, el PRD terminó siendo el partido más votado en las elecciones del año pasado, “y aunque la maniobra oficialista nos privó de legítimas representaciones senatoriales, es de conocimiento generalizado que en varias provincias ganamos limpiamente las elecciones”.
Ponderó que el viernes pasado quedó evidenciado uno de los beneficios del Acuerdo que en mayo del 2009 firmó con el Presidente de la República, relativo a la no reelección presidencial consecutiva como mandato constitucional, reivindicando una bandera de lucha de nuestro partido y nuestro líder inmortal, que limita espacio a la corrupción y el despilfarro de los recursos del estado, elimina la incertidumbre sobre la estabilidad macroeconómica durante los procesos electorales, crea oportunidades para la alternabilidad y el surgimiento de nuevos liderazgos y contribuye al fortalecimiento de la institucionalidad democrática del país.
Comentarios
Publicar un comentario